viernes, 17 de agosto de 2012

El Plantel de Extensión Agraria de Albendín

La huerta de Albendín es un espacio agrario de carácter histórico. Con más de veinte yacimientos arqueológicos catalogados en el entorno de la vega del Guadajoz entre la presa de Vadomojón y el puente de la carretera de Valenzuela, la huerta de Albendín presenta huellas de diferentes asentamientos y civilizaciones. Cada cultura desarrolló técnicas de cultivo y variedades propias creando un paisaje singular que se mantiene en el tiempo con más o menos cambios en un espacio complejo mediatizado por la estructura de la propiedad, y el carácter fronterizo del territorio en tiempos de conflicto civil entre romanos, moros y cristianos, o entre colores como el rojo y el azul [1].


Tras la Guerra Civil, la Dictadura vio en lo agrario una vía de desarrollo y salida a una postguerra que luchaba en lo rural por recuperar los campos abandonados, olivares, viñas y rastrojos. En este marco de fomento de la agricultura se desarrollaron varias iniciativas de carácter formativo dirigido a la población rural. Es el caso de instituciones que retoman experiencias anteriores en torno a la ocupación de nuevas tierras como el Instituto de Colonización Agraria (ICA) en los años cuarenta o el Servicio de Extensión Agraria (SEA) en los cincuenta.


El ICA desarrolló una política educativa dirigida a lo agrario como único eje de desarrollo comunitario (hoy desarrollo rural). Surgen así las escuelas primarias de iniciación agrícola y los cotos escolares agrícolas (1946) como instrumentos de educación de los hijos de los nuevos colonos, pero también de alfabetización de adultos.

En 1951 se empieza desarrollar la idea de Extensión y Capacitación agraria. Cuatro años más tarde aparece el Servicio de Extensión Agraria con el objetivo, entre otros, de prestar toda clase de ayuda técnica, material, legal y moral que le sea solicitada por los agricultores [2]. La actividad del SEA giraba en torno a una red de Agencias Comarcales que a nivel nacional pasó de 85 entidades en 1960 a 756 en 1972 con 1744 agentes de Extensión Agraria al servicio de la población rural.


De la actividad de las Agencias, los Planteles fueron iniciativas de gran impacto social que comenzaron en 1965. Se trataba de grupos de aprendizaje y acción dirigidos a jóvenes del medio rural cuyo principal objetivo era la formación básica indispensable del futuro agricultor y ama de casa rural, con el lema fundamental de aprender haciendo [3].

El trabajo del Plantel pasaba por diferentes actividades de carácter individual, trabajo en grupos, y la difusión de diferentes materiales colectivos como las hojas divulgativas y los Libros de Tareas. La formación recibida en el Plantel no estaba reconocida por el sistema educativo, pero fue una vía importante para que muchos de los participantes completaran su formación profesional en las escuelas de capacitación agraria.


Pero más allá de iniciativa formativa de naturaleza agraria, el Plantel tenía un carácter social, festivo y cultural. A través de las visitas a fincas y excursiones, muchos jóvenes tuvieron la oportunidad de conocer nuevos lugares y de trabajar en grupo como base para la constitución de futuras cooperativas y sociedades de transformación agraria. El SEA colaboraba además con otras iniciativas sociales como los Teleclubs o Centros Juveniles de los años 60-70.



Para los viejos hortelanos de Albendín, la Agencia de Extensión Agraria y la figura de Don Florencio, fueron fundamentales para la introducción de nuevas variedades y técnicas de cultivo. Para la juventud de los 60, el SEA a través de su Plantel fue también una experiencia única de viaje a Sevilla, Córdoba y Granada, de conocimiento y aprendizaje de nuevas formas ver y hacer en el campo, así como de visita y reconocimiento de autoridades locales y nacionales [4].


Cerca ya de los 50 años del Plantel de Albendín, muchos de los que participaron buscaron su futuro en lo urbano de la capital. Pocos fueron los que se quedaron o aplicaron los conocimientos adquiridos en el pueblo, y menos los que todavía mantienen la huerta como actividad principal.


En este nuevo proyecto de Recuperación de la Huerta de Albendín queremos rendir homenaje a los hortelanos de ayer y hoy que desde el consejo de Don Florencio o lo aprendido en el Plantel apostaron y apuestan por la huerta; y a los jóvenes de hoy, presente ya y futuro de la nueva huerta, nuestra invitación a la participación e implicación en el proyecto como alternativa posible de desarrollo rural (antes comunitario), también como hace años a través de la formación y educación.


Desde HDA trabajamos en el diseño de un nuevo Plantel que de respuesta a los retos y oportunidades actuales. Estamos elaborando diferentes documentos educativos en torno a variedades y prácticas de cultivo que nos permitan recuperar saberes de tradicionales como garantía de futuro [5], pero también que contemplen nuevas modos de producción y comercializacion, incluyendo prácticas agroambientales, o la gestión del patrimonio histórico en un modelo de aprovechamiento integral y sostenible. Este conjunto de materiales formará parte a su vez de las actividades formativas que próximamente se ofertarán desde el proyecto con la colaboración de la iniciativa pública y de la que daremos cuenta en su momento.

Imágenes del Plantel de Extensión Agraria de Albendín recuperadas por Finiqui Mellado.

[1] MELLADO, E. (2010). La campaña de la aceituna. Rojo y Azul. http://albendindesdelatorre.blogspot.com.es/2010/05/la-campana-de-la-aceituna-rojo-y-azul.html
[2] LACRUZ, M. (2000). Aula entre rastrojos. Revista de educación 322: 11-28.
[3] GIARDÍN Y GALÁN, F.J. (2001). El desarrollo rural en la provincia de Málaga. JABEGA 87.
[4] Hemeroteca de ABC. 1 de abril de 1970, pag. 36
[5] ALONSO, A.M. (2000). El conocimiento tradicional aplicado al manejo de las huertas de Andalucía. En GUZMÁN, G.; GONZÁLEZ, M.; SEVILLA, E. Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible, Mundi-Prensa. Madrid. 299-316.

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