lunes, 5 de noviembre de 2012

NOVIEMBRE

Noviembre es mes mágico del calendario pagano [1], para Al Awam, de cosecha y siembra, y ahora de lluvias y tormentas en la campiña.


November en lengua latina es llamado en siriaco tichrín el tsani, y en persiano chahrirmá. Es el último mes del otoño, y consta de treinta días. En él se siembra el trigo, la cebada, las habas y el lino; y toda simiente sembrada entonces ahíja y fructifica mucho  dando copioso grano. Comiénzase a sembrar desde mediados del mes, si en él hiciere el Altísimo que llueva; y a los trece días del mismo cuando declinan al ocaso las Pléyades [o Cabrillas] arraiga en la tierra lo que se ha plantado. Dícese que jamás suele ocurrir en noviembre la lluvia de las Pléyades, ni en febrero la de la frente de León, ni en abril la de Arturo o remate de la cola de la Osa Mayor menos en el año que Dios quiere señalar liberalmente por la abundacia de provisiones y copia de cosechas. En este [mes] arroja sus pinpollos la palma, y se cogen las bellotas, las castañas, los granos de la murta, y las cañas de azúcar. Azib dice, que cuanto en este mes suelen caer heladas, se deben resguardar los árboles y las verduras con el estiercol para que los hielos no los abrasen; y que también la musa, el toronjo y el jazmín se deben tener resguardados de los mismos y de las nieves; y que en él se coge el azafrán.

En el mismo (dice Kastos) se da fomento con excrementos mezclados de ceniza a los árboles frutales, y se aran y estercolan las viñas con el excremento de cabras que es el mejor. Las vides que se podan por este tiempo engruesan y arrojan muchos tallos, y después fructifican mucho. Echando entonces estiercol de cabras al pie de los árboles poco fructíferos, se hace que carguen de buen fruto. En él se hace (según la Agricultura Nabatea) la plantación temprana de las vides en los lugares calientes, y catorce días después de la gran fiesta se da un buen estercolo a todos los frutales sufren el estiercol con el de ovejas y bueyes, y con polvo menudo y estiercol repodrido. Desde diez días antes de fiestas (dice Sagrit) hasta fines de diciembre duermen los árboles un pesado sueño, durante el cual no se escamondan ni se les coge el fruto, sino es a los que les haya quedado alguno; pero ejecutándolo con tiento extremado; solamente al olivo fortalece y robustece sin que le cause daño, si en aquel tiempo se le cogiera el fruto. En este mes estrecha el frío en algunas regiones con las nevadas, de las cuales huyen las aves como los estorninos, las golondrinas, los pelícanos y otras. Es mes de hacer el plantío, y especialmente la sementera. En él (dice Abu el Jair) sentándose el juego en las raíces del árbol se le caen todas las hojas. Según mi observación, se siembra en Sevilla por este mes en los jardines la simiente de los nabos redondos y tardíos que se comen en enero, la de las espinacas que se comén en diciembre, y se plantan las lechugas del país, que son de hoja puntiaguda y se comen en enero.

[1] De Santos, Difuntos y gachas. MELLADO, E. (2012)

Imágenes:
Campiña en otoño (Emiliano Mellado)
Reproducción del calendario agrícola de tablas de la Catedral de León. Matilde Cerámica Artística