Así comienza el artículo VIII [1] incluido en el Capítulo Trigésimo
del Libro de Agricultura de ABU ZACARIA IAHIA (Aben Mohamed Ben Ahmed Ebn El
Awam, Sevillano) traducido al castellano por Josef Antonio Banqueri (1802). El
libro es uno de esos joyas históricas que ilustran el arte de la agricultura; su autor uno de esos personajes ilustres de nuestra cultura. De ellos
hablaremos en próximas entradas. En ésta, apunto ya de comenzar el año agrícola,
os presentamos algunas de la tareas a realizar en la huerta tal y como las
presenta el traductor sin ningún tipo de adaptación del texto original de
principios del XIX como las que en su día hiciera la revista Andalucía ganadera
y Agrícola entre 1926 y 1927 como relato de Agricultura histórica [2].
SEPTIEMBRE
Entre los agricultores (dice Abu el Jair y otros) la primera
estación del año es la de otoño. La qual es tres meses, que son septiembre,
octubre y noviembre. “September” es
el nombre del primer mes de ella en lengua latina, el qual es llamado en
syriaco “ailul”, en persiano “tirma”. Y en hebreo “iilul” (con “kesra” el “álef”).
Compónese de treinta dias, y en iguala el dia con la noche, que es el
equinoccio autumnal, y empieza el dia á menguar y la noche á crecer. En él se
tiene cubierto el cidro [ó toronjo], el arrayan, el jazmin, la muza, el sisaro,
el limon, el naranjo, la zamboa y semejantes para que no las ofenda la nieve,
el yelo, ni otra calamidad; á cuyo efecto se les forma una barraca que los
cubre y rodee durante el frio hasta mediados de marzo ó abril, [en cuyo tiempo]
se les quita. En el mismo maduran los priscos [duraznos y melocotones], las
granadas y los membrillos, y se ennegrecen algunas aceytunas, se sazona el
fruto del árbol níuspero, se abren las nueces, y es el mejor tiempo de
recogerlas. En él se cogen las pilas y las azufaifas, y se descubren los
espárragos. En él se empieza en algunas regiones á arar y sembar despues de las
lluvias. En él se coge la alcaravea, los cominos, los frisoles turquescos
[judihuelos ó judías], el dorónico, la simiente de los ócinos, el culantro y el
arroz, y tambien se arranca la alheña.
Según Kastos, en él se deben señalar las vides que no
fructifican para inxertarlas, y asimismo los sarmientos que llevan fruto para
hacer de ellos el inxerto. Según la Agricultura Nabathea, algunos suelen inxertar
tambien en este tiempo las vides que fructifican mucho en las que fructifican
poco. En él (segun Abu el Jair) llegan á sazonarse las azufaifas y las habas. Segun
mi observacion, en Sevilla se siembran en septiembre algunas hortalizas en los
jardines, y las dos especies de nabos redondos y largos que se comen por
noviembre. En la mitad última del mismo se siembra la simiente de las cebollas
temprana. En él se siembran los armuelles, las espinacas, y los ajos del pais,
los quales se arrancan para comerse en mayo. Asimismo se plantan en él las
berzas y las acelgas tardías. Según el libro de Astronomía de Azib Ben Saaid,
escritor cordobés, en él se siembran las lechugas y la simiente de las cebollas
desde principios del mismo hasta enero.
[1] De las estaciones del año solar, de cada uno de sus
meses con expresión del nombre latino, syriaco, persiano y hebrero, y de las
operaciones rústicas que en ellos se hacen; de la desigualdad de los días y las
noches que se alargan y acortan por Divina disposición, de las nevadas, de los
yelos, y otras cosas (de que mediante Dios se tratará luego) según lo que sobre
esto se tiene observado. Texto completo en http://books.google.es/
[2] Andalucía Ganadera y Agrícola: Revista Mensual Ilustrada
(1926). http://prensahistorica.mcu.es/
Fuente de las imágenes: http://www.balansiya.com/